XXX Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo A

Mateo 22, 34-40: Un fariseo le pregunta a Jesús: ¿cuál es el mandamiento principal de la Ley ? Él les dijo : “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma. Con todo tu ser”.

Autor: Padre Marcelino Izquierdo OCD

 

 

Un fariseo le pregunta a Jesús: ¿cuál es el mandamiento principal de la Ley ? Él les dijo : “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma. Con todo tu ser”.    Mt. 22, 34-40

 

 

Cuentan de San Juan evangelista que siendo ya anciano, no hacía más que repetir siempre lo mismo a sus discípulos, los primeros cristianos: “Amaos loa unos a los otros como yo os he amado”. Los discípulos cansados ya  de oír siempre el mismo “sonsonete”, un día le preguntan: “ Maestro,  ¿por qué nos repite siempre lo  mismo? Y San Juan les dice:” Porque es el mandato que tenemos del Señor?

 

Hoy un letrado se acerca a Jesús y le pregunta: ¿Cuál es el principal mandamiento de la ley?

 

El letrado tenía toda la razón para hacer esta pregunta. Eran cerca de setecientos mandamientos, normas, etc .etc. los que constituían  la legislación judía. Un maremagno de leyes y mandatos o preceptos. Y Jesús respondió: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma. Y el segundo es semejante a éste: amarás  al prójimo como a ti mismo”.

 

Aquí está la novedad de Jesús: el letrado le pregunta por el primer mandamiento, y Jesús, sin que se lo pregunte, añade: “ Y el segundo es semejante a éste: amarás al prójimo como a ti mismo”.

 

Esta es la novedad de Jesús, viene como a “identificar” el amor de Dos y el amor del prójimo.

 

Teresa de Jesús nos dijo ya: “ La perfección está en el amor de Dios y en el amor al prójimo”. Y en otro lugar nos dice: “Todo el negocio –de la santidad- está en amar a Dios y al prójimo” . Pero, nos deja entrever lo siguiente: en el amor de Dios puede haber espejismos . Puede haber engaño. Creer que amas a Dios y, en verdad, no amarle.

 

Encerrarte en ti mismo, en un sin número de oraciones, ritos, ceremonias, etc. etc. Y ser esto, eso, un espejismo. Por eso, alguien atinadamente, pudo decirnos, un tanto irónicamente: “Mira cómo se engañan: “creen que aman a Dios porque no aman a nadie”. Por el contrario, en el amor al prójimo no caben espejismos.

 

Gandy ha acusado a Occidente, de hecho a quien ha acusado es al cristianismo, diciendo o haciendo esta aseveración: “El Cristianismo de Jesús, de Cristo, sólo ha entendido la mitad: admite sin problemas que Cristo es Dios. Pero esta es una verdad que no compromete. Y lo que no han entendido los cristianos aún es que “Cristo se hizo hombre, y que sigue encarnado en todos y. cada no de ellos”.

 

Cristo encarnado en cada hombre, exige, compromete. Si yo creyera esto firmemente, qué distinto sería en muchos momentos mi comportamiento, mi actitud, frente a los demás. Pero, hemos enviado a  Cristo al cielo, lejos de nosotros para que no nos molestara.

 

Y nos resistimos a creer que se hizo hombre. Y de un modo especial nos resistimos a creer que se encuentra en todos y cada uno de ellos. Esta es su doctrina. Por eso, cuando el letrado le pregunta por el principal mandamiento de la ley, le dice: “El primero es amarás al Señor con todo tu corazón. Y el segundo –aunque no se lo ha preguntado- es semejante a éste, amarás al prójimo como a ti mismo”.  Y en estos mandamientos, que vienen a ser uno, se encierra toda la ley y los profetas

 

Y termino con una anécdota aleccionadora. Cuentan de un general romano, que estando en el lecho de muerte, le fueron a preguntar  “el santo y seña” para mañana. Y el general en el lecho de muerte  contestó: ¡Trabajemos1

 

Si me preguntarais “santo y seña para mañana”. Yo contestaría: ¡Amemos!