XXIII Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo A
Mateo 18, 15-20: Jesús y el Reino de Dios

Autor: Mons. Miguel Esteban Hesayne

 

 

La voz profética de Juan XXIII el “volver a las fuentes” ha limpiado la mirada del pueblo de Dios sobre la identidad de Jesús histórico. La gran mayoría de nuestro pueblo sencillo y creyente al desconocer su mensaje evangélico y su dura  vida de campesino, profeta  itinerante…se queda con la imagen de íconos con vestimenta de reyes en solemnes actitudes hieráticas. La idea de Jesús que se ha hecho  mucha gente es la de un poderoso monarca dictando leyes y normas de conducta moral para instaurar un orden nuevo en la sociedad humana…

            Es natural que no pocos cristianos al leer los Evangelios  se sorprendan que Jesús no predicó la Iglesia ni tampoco una doctrina religiosa para que sus oyentes la aprendieran a la manera de enseñanza escolar…Por el contrario qué grata sorpresa de una muy “buena noticia” viven quiénes toman el Evangelio para encontrarse con Jesús y su más íntimo mensaje. Encuentran que Jesús anuncia un  gran acontecimiento cuyo protagonista es El mismo…Se encuentran con un hombre apasionado porque Dios sea reconocido como Padre lleno de bondad para cada ser humano y con esa misma fuerza interior busca una vida digna para todos. Es un hombre con un proyecto que a su vez es la causa de Dios. Su objeto no es la perfección de  religión alguna sino el  bien integral de cada persona como signo del reinado de Dios  en una creación renovada. Su predicación y su actividad proporcionan orientaciones para que sus seguidores vayan intuyendo cómo es Dios, cómo actúa y cómo puede llegar a ser el mundo de los que actúan como El está actuando…

            Así Lucas 8,1 en forma precisa,clara y sintética describe a Jesús como quién “fue caminando de pueblo en pueblo, y de aldea en aldea proclamando la buena noticia del Reino de Dios” . Este término “reino de Dios” aparece en los tres primeros evangelios 120 veces y la palabra Iglesia solo dos veces. Por eso, el Concilio Vaticano II para reubicar el contenido de la Iglesia destaca que es el nuevo Pueblo de Dios y su misteriosa realidad se manifiesta en su fundación. Pues nuestro Señor Jesús dio comienzo a la Iglesia predicando la buena nueva, es decir, la llegada del reino de Dios prometido desde siglos en la  Escritura: “ Porque el tiempo está cumplido y se acercó el reino de Dios” (Mc, 1,15.r Mat 4,7)

            La  expresión “reino de Dios” no fue una especulación de Jesús. La asume para recoger la honda esperanza del pueblo y manifestar su propia experiencia de Dios. El Dios de la justicia y la paz que anima una convivencia humana para felicidad de todos.

            El Reino de Dios que él anuncia no es algo que está por venir…Ya está aquí tan real como su mismísima presencia humana en la que habita la plenitud de la divinidad. No es una realidad íntimista y etérea sino un hecho transformante que abarca íntegramente la vida humana. Por eso manifiesta que “el Reino está entre ustedes”. Usa el simbolismo del “fuego” como lo comentábamos en la homlía pasada. Para significar su efecto transformador. Pensemos en el espectáculo, hasta fascinante, de una hoguera. Todo lo que toca el fuego, lo transforma en llamas… Quien se acerca a Jesús, con buena voluntad, va entrando en el Reino de Dios…Se hace capaz de hacer el bien alrededor suyo y relacionarse con Dios como “Padre” a la manera del mismísimo Jesús. Aceptar esta “noticia”  es vivir una experiencia nueva con respecto a la convivencia humana y en la  relación con Dios. Es alcanzar la PAZ para vivirla y difundirla…

            La llegada del Reino de Dios es algo bueno, muy bueno para quién lo acoja. Así lo experimenta Jesús y lo trasmite con seguridad y persuasión admirable. Precisamente,

“EVANGELIO” significa “buena noticia” ¿Lo es para nosotros? Para el Dios que anuncia Jesús, Dios no viene a defender sus derechos sino a liberar de cuanto deshumaniza y hace sufrir a la gente. ¿ En que Dios creemos? ¿En el que anuncia Jesús o en el que nos fabricamos? ¿Para los católicos la Biblia es el “ manual” de sus vidas?

Hoy, la mayoría cristiana ¿qué entiende por el “Reino de Dios”?