Domingo de Ramos en la Pasión del Señor.

San Lucas 22, 14-23, 56: ¿Para qué sirve la Semana Santa?

Autor: Mons. Miguel Esteban Hesayne

           

La Semana Santa 2010 encuentra a los argentinos atravesando una de sus más graves crisis social- política-económica-cultural ¿Y no, también, crisis religiosa?  Pienso que sí. Y para los cristianos, aún algo más profundo y serio: crisis de Fe en Jesucristo y su Evangelio. Si se hace una encuesta preguntando ¡¿“cómo has vivido la cuaresma”?! ¿Qué respuesta de fondo se puede recoger? ¿Cuántos, aún, entre los feligreses con prácticas piadosas cuaresmales, responderían y sin hesitar: “en tensa y ardua preparación para disponer mi corazón a celebrar, en el quehacer diario, el acontecimiento pascual: la muerte y resurrección de Jesús”.  Esta es la actitud que necesita un mundo que se hunde en una decadencia de valores humanos de tal magnitud que genera en muchos la tentación de un pesimismo de que ya no se puede hacer otra cosa que esperar a que pase esta tormenta social y política, por si sola. No. Ante el misterio de iniquidad como lo llama S.Pablo, a la situación de un mundo empecatado, el auténtico discípulo de Jesús  mira el mundo sin Dios, con optimismo de la posibilidad real de un mundo nuevo en tanto se encare la existencia humana con honda Fe en Jesús muerto y resucitado que sigue viviendo en el hondón de la historia humana.

            El pecado no es el de los que no creen y viven hundidos en el misterio de iniquidad que construye una historia de tristeza y angustia, de luchas y muerte. El pecado es de los que se dicen cristianos (católicos) pero cuya Fe es tan débil como un simple resplandor en la oscuridad de la noche.

            La Semana Santa  no se ha organizado en la pastoral de la Iglesia para un simple recuerdo de hechos dolorosos que terminaron con la tragedia de la cruel crucifixión de un tal Jesús, en fecha determinada y en la Jerusalén de hace más de dos mil años. Y menos aún para tomarse unos días de descanso tranquilizando la conciencia religiosa asistiendo como piadosos espectadores a vistosas ceremonias. No.

            La Semana Santa cuenta en el calendario litúrgico más que en el calendario civil, para sacudir la modorra espiritual de cristianos/as con Fe inoperante, de hecho nominal y profundizar año tras año para ir pasando de una Fe infantil o adolescente a una Fe madura y operante.

            El mundo actual y en particular la Argentina actual, necesita de creyentes con Fe adulta en Jesús muerto en cruz y resucitado por el Padre Dios mediante la acción vivificante del Espíritu Santo, (misterio pascual). Fe adulta que supera la Fe infantil en que quedan quienes se limitan a un recuerdo histórico de la pasión y muerte de Jesús Crucificado y también la Fe adolescente de quienes se conmueven al escuchar el relato de la Pasión de Jesús y no llegan a crecer en la Fe del encuentro personal con Dios en Jesucristo resucitado que moviliza a superar simples prácticas piadosas y meramente rituales. El encuentro con Jesús Resucitado, que vive en la hondura de nuestra historia personal y social, y capacita a descifrar el proyecto de Dios en la construcción de un mundo nuevo. El mundo actual y en particular la Argentina está pidiendo hombres y mujeres comprometidos en la construcción de un “mundo nuevo” que solo se logra desde corazones impregnados en el misterio de la muerte y resurrección de Jesús. Por eso, la Iglesia ha programado la Semana Santa para favorecer la maduración de la Fe Pascual y así responder a la necesidad de la Argentina actual. De la Argentina que está sumida en un desorden social porque -de hecho- se pretende un progreso al margen del Señor de la Historia, Cristo Jesús. La Argentina necesita de una Iglesia con Fe adulta. Necesita de comunidades cristianas en misión de testigos de Jesús que murió y resucitó. Necesita de Jesús Señor de la Iglesia y Señor de la Historia.