Marcos 12,1-12:
Nos ha dado los inapreciables bienes prometidos, con los cuales podéis participar del mismo ser de Dios * Agarraron al hijo querido, lo mataron y lo arrojaron fuera de la viñaAutor: Fr. Nelson Medina F., O.P
Sitio Web: fraynelson.com
Textos
para este día:
2 Pedro 1,1-7:
Simón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, a los que por la justicia de
nuestro Dios y Salvador Jesucristo les ha cabido en suerte una fe tan preciosa
como a nosotros. Crezca vuestra gracia y paz por el conocimiento de Dios y de
Jesús, nuestro Señor. Su divino poder nos ha concedido todo lo que conduce a la
vida y a la piedad, dándonos a conocer al que nos ha llamado con su propia
gloria y potencia. Con eso nos ha dado los inapreciables y extraordinarios
bienes prometidos, con los cuales podéis escapar de la corrupción que reina en
el mundo por la ambición, y participar del mismo ser de Dios. En vista de eso,
poned todo empeño en añadir a vuestra fe la honradez, a la honradez el criterio,
al criterio el dominio propio, al dominio propio la constancia, a la constancia
la piedad, a la piedad el cariño fraterno, al cariño fraterno el amor.
Marcos 12,1-12:
En aquel tiempo, Jesús se puso a hablar en parábolas a los sumos sacerdotes,
a los escribas y a los ancianos: "Un hombre plantó una viña, la rodeó con una
cerca, cavó un lagar, construyó la casa del guarda, la arrendó a unos labradores
y se marchó de viaje. A su tiempo, envió un criado a los labradores, para
percibir su tanto del fruto de la viña. Ellos lo agarraron, lo apalearon y lo
despidieron con las manos vacías. Les envió otro criado; a éste lo insultaron y
lo descalabraron. Envió a otro y lo mataron; y a otros muchos los apalearon o
los mataron. Le quedaba uno, su hijo querido. Y lo envió el último, pensando que
a su hijo lo respetarían. Pero los labradores se dijeron: "Éste es el heredero.
Venga, lo matamos, y será nuestra la herencia." Y, agarrándolo, lo mataron y lo
arrojaron fuera de la viña. ¿Que hará el dueño de la viña? Acabará con los
ladrones y arrendará la viña a otros. ¿No habéis leído aquel texto: "La piedra
que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular. Es el Señor quien lo
ha hecho, ha sido un milagro patente"?"
Intentaron echarle mano, porque veían que la parábola iba por ellos; pero
temieron a la gente, y, dejándolo allí, se marcharon.
Homilía
Temas de las lecturas: Nos ha dado los inapreciables bienes
prometidos, con los cuales podéis participar del mismo ser de Dios * Agarraron
al hijo querido, lo mataron y lo arrojaron fuera de la viña
1. Invitación a crecer
1.1 La primera lectura de hoy, que abre la Segunda Carta del Apóstol San Pedro,
es ante todo una invitación a crecer. Podría parecer algo obvio pero no es así.
1.2 Notemos, ante todo, que el mundo en que vivimos se mueve vertiginosamente.
Si lo pensamos bien, el motor de toda esa actividad frenética es casi siempre la
codicia, en sus diversas formas: afán de dinero, de poder, de prestigio o de
placer. Detrás de ese afán hay diversas clases de amor a los bienes de esta
tierra. A menudo, un amor desordenado e impetuoso, que pasa por encima del
hermano pequeño o débil.
1.3 Y como la gente tiene ese amor a esta tierra, y por ese amor tiene aquel
afán, entonces se dedica a prepararse cada vez mejor, para ser más competitivo,
o sea, para entrar con mejores garantías al "mercado." Hay personas que acumulan
unos postgrados a otros. Hay empresas que inviertan inmensas sumas en
investigación y desarrollo. ¡Quieren crecer! ¡No quieren quedarse atrás!
1.4 Frente a toda esa actividad uno puede preguntarse qué pasa con la vida de la
fe. Preguntémonos con sinceridad: ¿hay en nosotros un apetito siquiera parecido
por la Palabra de Dios? El apóstol san Pedro no dice hoy: "poned todo empeño en
añadir a vuestra fe la honradez, a la honradez el criterio, al criterio el
dominio propio, al dominio propio la constancia, a la constancia la piedad, a la
piedad el cariño fraterno, al cariño fraterno el amor." ¡Es toda una escalera, y
la meta es el verdadero amor!
1.5 Hoy somos invitados a crecer; a subir esa escalera; a competir en el
"mercado" pero no para ganar monedas que tendremos que dejar cuando nos vayamos
de esta tierra, sino para acumular los tesoros que nunca se oxidan y que jamás
mueren.
2. Falsos representantes
2.1 Es curioso analizar la actitud de aquellas "autoridades" que contienden con
Jesucristo. El pasaje del evangelio de hoy nos habla de "sumos sacerdotes y
fariseos". Los unos, por su oficio, y los otros por su estricta aunque hipócrita
observancia de la ley, se consideraban "autoridad" y creían que eran líderes del
pueblo.
2.2 Sin embargo, estos líderes tiene miedo del pueblo al que dicen representar.
El pueblo ve en Jesús un profeta y estos protectores del pueblo quieren quitar a
Jesús de en medio. Pero tienen miedo de sus protegidos y les angustia pensar que
se vuelvan contra ellos los mismo que guían. ¿De dónde esta contradicción?
2.3 Es un caso en que podemos aprender lo que significa una falsa autoridad. No
obedecen a Dios y no buscan el bien de la gente. Obedecen a sus intereses y
quieren cuidar su fama, su honra y sus privilegios. Por eso les estorba Jesús y
por eso harán todo para eliminar a Jesús.
2.4 Y lo lograrán: quitaran a Jesús de la tierra, con lo cual lo habrán liberado
del poder inicuo que ellos mismos detentan. La muerte de Jesús será el triunfo
más grande de su astucia y el fracaso más grande de su locura. Puesto en el
umbral de la muerte, este Cristo estará también puesto en las manos del Dios
Fuerte. Y resucitado de entre los muertos ni la muerte ni los siervos de la
muerte tendrán ya poder sobre él.