Marcos 3,20-21:

Con su propia sangre, ha entrado en el santuario una vez para siempre * Su familia decía que no estaba en sus cabales
Autor: Fr. Nelson Medina F., O.P
Sitio Web:
fraynelson.com  

 

Lecturas de la S. Biblia

Temas de las lecturas:
Con su propia sangre, ha entrado en el santuario una vez para siempre * Su familia decía que no estaba en sus cabales

Textos para este día:

Hebreos 9,2-3.11-14:

Hermanos: De hecho se construyó un tabernáculo, el primero, donde estaban el candelabro, la mesa y los panes presentados -éste se llama "el santo"-, y detrás de la segunda cortina el tabernáculo llamado "el santísimo".

Pero Cristo ha venido como sumo sacerdote de los bienes definitivos. Su tabernáculo es más grande y más perfecto: no hecho por manos de hombre, es decir, no de este mundo creado. No usa sangre de machos cabríos ni de becerros, sino la suya propia; y así ha entrado en el santuario una vez para siempre, consiguiendo la liberación eterna. Si la sangre de machos cabríos y de toros y el rociar con las cenizas de una becerra tienen el poder de consagrar a los profanos, devolviéndoles la pureza externa, cuánto más la sangre de Cristo, que, en virtud del Espíritu eterno, se ha ofrecido a Dios como sacrificio sin mancha, podrá purificar nuestra conciencia de las obras muertas, llevándonos al culto del Dios vivo.


Marcos 3,20-21:

En aquel tiempo, Jesús fue a casa con sus discípulos y se juntó de nuevo tanta gente que no los dejaban ni comer. Al enterarse su familia, vinieron a llevárselo, porque decían que no estaba en sus cabales.


Homilía

Temas de las lecturas:
Con su propia sangre, ha entrado en el santuario una vez para siempre * Su familia decía que no estaba en sus cabales

1. Cristo entró en el Santuario

1.1 La Carta a los Hebreos llega a un punto culminante el día de hoy: es la entrada de Cristo en el Santuario. Este sacerdote nuestro no oficia en templos de la tierra sino en el cielo. Lo suyo no es una figura hecha por mano humana, no es un símbolo de que Dios nos perdona, sino realidad. Es la culminación de todo y más de lo que podíamos desear o imaginar en esta tierra.

1.2 El autor de esta Carta destaca la superioridad del sacrificio de Cristo de varios modos: su sangre es superior a la de los animales; su inmolación no se repite; él obra no según una ley temporal, la de Moisés, sino según el Espíritu Eterno; es víctima más perfecta; es sacerdote de su propia ofrenda.

1.3 Lo importante en este tema y lo que hace que se insista tanto en que el sacrificio del Señor es perfecto radica en que esa es la fuente de nuestra absoluta confianza en el perdón que recibimos y en la gracia que nos hace capaces de obrar de otro modo, apartándonos de las "obras muertas". Lo que nos ha traído Cristo Jesús es "definitivo"; su fruto es "eterno".

2. Un evangelio de locura

2.1 El texto del evangelio de hoy, aunque brevísimo, puede bien dividirse en dos partes, y es interesante por cierto lo que resulta.

2.2 Primera parte: Jesús en casa con los discípulos y muchísima gente que lo busca. Segunda parte: sus parientes (literalmente: "los de él" ) aseguran que está trastornado. Es interesante unir esas dos partes: si alguien convoca a tantos enfermos y aquejados de males es porque se entrega demasiado. Y entregarse demasiado... es una locura.

2.3 Para fortuna nuestra, sin embargo, Jesús no se curó de esa locura, que lo llevó al extremo de tanto amor, que se llama la Cruz. Y basten estas palabras, que ninguna homilía debería exceder demasiado el texto que comenta.