Marcos 4,35-41:
Esperaba la ciudad cuyo arquitecto y constructor iba a ser Dios * ¿Quién es éste? ¡Hasta el viento y las aguas le obedecen!
Autor: Fr. Nelson Medina F., O.P
Sitio Web: fraynelson.com
Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: Esperaba la ciudad cuyo arquitecto y constructor
iba a ser Dios * ¿Quién es éste? ¡Hasta el viento y las aguas le obedecen!
Textos para este día:
Hebreos 11,1-2.8-1:
Hermanos: La fe es seguridad de lo que se espera, y prueba de lo que no
se ve. Por su fe, son recordados los antiguos. Por fe, obedeció Abrahán a la
llamada y salió hacia la tierra que iba a recibir en heredad. Salió sin saber
adónde iba. Por fe, vivió como extranjero en la tierra prometida, habitando en
tiendas -y lo mismo Isaac y Jacob, herederos de la misma promesa-, mientras
esperaba la ciudad de sólidos cimientos cuyo arquitecto y constructor iba a ser
Dios. Por fe, también Sara, cuando ya le había pasado la edad, obtuvo fuerza
para fundar un linaje, porque juzgó digno de fe al que se lo prometía. Y así, de
uno solo y, en este aspecto, ya extinguido, nacieron hijos numerosos como las
estrellas del cielo y como la arena incontable de las playas.
Con fe murieron todos éstos, sin haber recibido lo prometido; pero viéndolo y
saludándolo de lejos, confesando que eran huéspedes y peregrinos en la tierra.
Es claro que los que así hablan están buscando una patria; pues, si añoraban la
patria de donde habían salido, estaban a tiempo para volver. Pero ellos ansiaban
una patria mejor, la del cielo. Por eso Dios no tiene reparo en llamarse su
Dios: porque les tenía preparada una ciudad. Por fe, Abrahán, puesto a prueba,
ofreció a Isaac; y era su hijo único lo que ofrecía, el destinatario de la
promesa, del cual le había dicho Dios: "Isaac continuará tu descendencia." Pero
Abrahán pensó que Dios tiene poder hasta para hacer resucitar muertos. Y así,
recobró a Isaac como figura del futuro.
Marcos 4,35-41:
Un día, al atardecer, dijo Jesús a sus discípulos: "Vamos a la otra
orilla." Dejando a la gente, se lo llevaron en barca, como estaba; otras barcas
lo acompañaban. Se levantó un fuerte huracán, y las olas rompían contra la barca
hasta casi llenarla de agua. Él estaba a popa, dormido sobre un almohadón. Lo
despertaron, diciéndole: "Maestro, ¿no te importa que nos hundamos?" Se puso en
pie, increpó al viento y dijo al lago: "¡Silencio, cállate!" El viento cesó y
vino una gran calma. Él les dijo: "¿Por qué sois tan cobardes? ¿Aún no tenéis
fe?" Se quedaron espantados y se decían unos a otros: "¿Pero quién es éste?
¡Hasta el viento y las aguas le obedecen!"
Homilía
Temas de las lecturas: Esperaba la ciudad cuyo arquitecto y constructor
iba a ser Dios * ¿Quién es éste? ¡Hasta el viento y las aguas le obedecen!
1. El Poder de la Fe
1.1 Hay dos dimensiones en la fe, podemos decir. Por una parte, la fe
implica unos contenidos, porque uno no cree en el vacío, sino que cree afirmando
algo. Eso que uno afirma es un contenido, por ejemplo: "Dios existe"; "María, la
Madre de Jesús, es siempre virgen"; "Cristo está real y verdaderamente presente
en la Eucaristía". Todos estos son "contenidos".
1.2 Mas, en otro sentido, la fe es una fuerza, un ímpetu que surge de la
confianza, la entrega de sí mismo, la obediencia. No sólo creemos algo, sino que
en primer lugar le creemos a alguien. Este es el aspecto "existencial" o
vivencial de la fe, y por él la fe nos pone en camino, nos ayuda a superar
barreras, nos levanta de nuestras caídas, nos conduce finalmente hasta la meta.
1.3 El autor de la Carta a los Hebreos conoce muy bien estos dos aspectos y por
eso nos dice: "la fe es el fundamento de lo que se espera y la prueba de lo que
no se ve". En cuanto es "prueba de lo que no se ve", nos entreabre e introduce
en la verdad de unos contenidos que sobrepujan a nuestra razón, como por
ejemplo: Cristo es Dios y hombre. No se trata de una ilusión, ni de una
fantasía, ni mucho menos de una mentira; es algo que es cierto, pero comprender
ese enunciado hasta el fondo es como hundirse en un abismo de luz que nunca
acaba.
1.4 Y sin embargo, antes de ser "prueba de lo que no se ve", la fe es
"fundamento de lo que se espera". Es el cimiento y el nuevo piso sobre el que
avanzan con audacia maravillosa y con serenidad sorprendente los santos, de los
cuales esta carta nos ofrece algunos ejemplos, sobre todo el de Abraham, en el
capítulo 11.
2. ¿Todavía no tienen fe?
2.1 Y el mismo tema de la fe como confianza radical lo encontramos en
el evangelio de hoy. ¡Qué pregunta la del Señor! "¿Todavía no tienen fe?". A esa
pregunta, que es también un reproche, le viene, de parte de los discípulos, a
modo de respuesta, otra pregunta, que en realidad es una alabanza: "¿quién es
éste...?". Sobrecogidos de admiración descubren que no conocen a su Señor. Y fue
maravilloso regalo del Cielo que hicieran este descubrimiento porque la
conciencia de la ignorancia suele ser principio de conocimiento.
2.2 El viento y el lago obedecen a la voz de Jesús; ¿yo obedezco la voz de
Jesús? Los astros y los planetas lejanos obedecen la voz del Jesús; ¿obedece la
humanidad a la voz de Jesús?
2.3 A los discípulos les maravilló que el lago obedeciera a Jesús; ¿debe
admirarnos menos o más que un corazón humano llegue a obedecer a Jesús? ¿No es
cierto que es un milagro bellísimo encontrar una sola alma que le diga a Jesús:
"Yo quiero hacer tu voluntad; yo quiero creer en tu palabra"? ¿y qué tal que esa
alma fueras tú hoy?