Marcos 8,22-26:

Miró Noé y vio que la superficie estaba seca * El ciego estaba curado y veía todo con claridad

Autor: Fr. Nelson Medina F., O.P
Sitio Web:
fraynelson.com  

 

Lecturas de la S. Biblia

Temas de las lecturas:
Miró Noé y vio que la superficie estaba seca * El ciego estaba curado y veía todo con claridad

Textos para este día:

Génesis 8,6-13.20-22:

Pasados cuarenta días, Noé abrió el tragaluz que había hecho en el arca y soltó el cuervo, que voló de un lado para otro, hasta que se secó el agua en la tierra. Después soltó la paloma, para ver si el agua sobre la superficie estaba ya somera. La paloma, no encontrando donde posarse, volvió al arca con Noé, porque todavía había agua sobre la superficie. Noé alargó el brazo, la agarró y la metió consigo en el arca. Esperó otros siete días y de nuevo soltó la paloma desde el arca; ella volvió al atardecer con una hoja de olivo arrancada en el pico. Noé comprendió que el agua sobre la tierra estaba somera; esperó otros siete días, y soltó la paloma, que ya no volvió. El año seiscientos uno, el día primero del mes primero, se secó el agua en la tierra. Noé abrió el tragaluz del arca, miró y vio que la superficie estaba seca.

Noé construyó un altar al Señor, tomó animales y aves de toda especie pura y los ofreció en holocausto sobre el altar. El Señor olió el aroma que aplaca y se dijo: "No volveré a maldecir la tierra a causa del hombre, porque el corazón humano piensa mal desde la juventud. No volveré a matar a los vivientes, como acabo de hacerlo. Mientras dure la tierra, no han de faltar siembra y cosecha, frío y calor, verano e invierno, día y noche."

Marcos 8,22-26:

En aquel tiempo, Jesús y los discípulos llegaron a Betsaida. Le trajeron un ciego, pidiéndole que lo tocase. Él lo sacó de la aldea, llevándolo de la mano, le untó saliva en los ojos, le impuso las manos y le preguntó: "¿Ves algo?" Empezó a distinguir y dijo: "Veo hombres; me parecen árboles, pero andan." Le puso otra vez las manos en los ojos; el hombre miró: estaba curado y veía con toda claridad. Jesús lo mandó a casa, diciéndole: "No entres siquiera en la aldea."

Homilía

Temas de las lecturas:
Miró Noé y vio que la superficie estaba seca * El ciego estaba curado y veía todo con claridad

1. El Cuervo y la Paloma

1.1 Noé no podía saber qué tan grave era la situación afuera después de la terrible catástrofe del diluvio y por eso utiliza mensajeros que le permitan conocer qué sucede. Sus mensajeros fueron dos, un cuervo y una paloma.

1.2 El cuervo es en este caso la imagen de aquellos que velan sólo por sí mismos: voló de un lado a otro hasta encontrar dónde resolver su problema y dónde empezar nueva vida. La paloma es aquí la imagen de aquellos que cuidan por sí mismos tanto como por los demás.

1.3 El cuervo y la paloma encontraron al principio el mismo problema: no había dónde posarse. El cuervo obró solo, se las arregló a su modo y así fue inútil para los demás. La paloma encontró el problema y con su retorno proporcionó preciosa información a Noé y en realidad a todos los demás que iban en el arca.

1.4 Todos tenemos de cuervo y de paloma. Hay momentos en que queremos arreglárnoslas de cualquier modo nosotros solos y no nos damos cuenta de que al obrar así estamos privando a los demás de las riquezas de nuestra propia experiencia, que en un momento dado puede salvarles incluso la vida.

1.5 También hay en nosotros algo de paloma. Nuestra pequeña rama de olivo parecerá insignificante, pero a veces es aquella pieza de información que permite a otros decidir del mejor modo y encontrar la tierra firme que anhelaban.

2. Una sanación por pasos

2.1 El pasaje del evangelio de hoy es muy singular: estamos ante una curación procesual. Uno está acostumbrado a pensar que el poder de Jesús es tan grande que todo lo que él desea se realiza instantáneamente, mas he aquí una sanación que sucede como en dos etapas. En un primer momento el que era ciego distingue algo, pero es borroso; con una segunda dosis de Cristo alcanza la plena salud. ¿Qué podemos aprender de estos hechos?

2.2 Ante todo: también nuestras vidas Cristo hará muchas cosas procesualmente. La gracia de Dios no es una cosa mágica que simplemente nos resuelve problemas o nos abrevia dolores. Tenemos que encariñarnos con la palabra "proceso". Dios sabe por qué nos lleva a la velocidad que nos lleva y por qué ciertas cosas que a nosotros nos parecen necesarísimas y obvias no se dan.

2.3 Pero hay un detalle interesante en este pasaje. Cuando el hombre empieza a recuperar la vista describe lo que ve con estas palabras: "Veo hombres y me parecen árboles que caminan". Sabía lo que veía y sabía que no lo veía bien. Ello implica que conocía cómo debía ver y que en otro tiempo había podido ver bien. Este era un ciego que había tenido vista y la había perdido y por ello podía comparar su experiencia con lo que antes había conocido.

2.4 Y es importante porque el primer milagro sucedió a petición de otros, que fueron los que pidieron el milagro al Señor; esta segunda curación sucede ya no ante otros sino en la intimidad del diálogo y el encuentro con Jesús solo. La primera vez el ciego se deja llevar por la fe de los otros y es pasivo ante lo que se le quiera hacer; la segunda vez se apropia de su proceso, admite su realidad y se asincera con Jesucristo, de modo que la fe que entonces obra es suya, intensamente suya. Esa es la fe que permite ver las cosas con claridad.