San Mateo 5, 27-32:
Aquel que resucitó a Jesús nos resucitará también a nosotros con Jesús y nos colocará a su lado junto con ustedes * Todo el que mire con malos deseos a una mujer, ya cometió adulterio en su corazón

Autor: Fr. Nelson Medina F., O.P
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Temas de las lecturas: Aquel que resucitó a Jesús nos resucitará también a nosotros con Jesús y nos colocará a su lado junto con ustedes * Todo el que mire con malos deseos a una mujer, ya cometió adulterio en su corazón

Textos para este día:

2 Corintios 4, 6-15:

Hermanos: El tesoro del ministerio lo llevamos en vasijas de barro, para que se vea que una fuerza tan extraordinaria es de Dios y no proviene de nosotros. Nos aprietan por todos lados, pero no nos aplastan; estamos apurados, pero no desesperados; acosados, pero no abandonados; nos derriban, pero no nos rematan; en toda ocasión y por todas partes, llevamos en el cuerpo la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo. Mientras vivimos, continuamente nos están entregando a la muerte, por causa de Jesús; para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal. Así, la muerte está actuando en nosotros, y la vida en vosotros.

Teniendo el mismo espíritu de fe, según lo que está escrito: "Creí, por eso hablé", también nosotros creemos y por eso hablamos; sabiendo que quien resucitó al Señor Jesús también con Jesús nos resucitará y nos hará estar con vosotros. Todo es para vuestro bien. Cuantos más reciban la gracia, mayor será el agradecimiento, para gloria de Dios.

Mateo 5, 27-32:

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Habéis oído el mandamiento "no cometerás adulterio". Pues yo os digo: El que mira a una mujer casada deseándola, ya ha sido adúltero con ella en su interior. Si tu ojo derecho te hace caer, sácatelo y tíralo. Más te vale perder un miembro que ser echado entero en el infierno. Si tu mano derecha te hace caer, córtatela y tírala, porque más te vale perder un miembro que ir a parar entero al infierno. Está mandado: "El que se divorcie de su mujer, que le dé acta de repudio." Pues yo os digo: El que se divorcie de su mujer, excepto en caso de impureza, la induce al adulterio, y el que se case con la divorciada comete adulterio."

Homilía

Temas de las lecturas:
Aquel que resucitó a Jesús nos resucitará también a nosotros con Jesús y nos colocará a su lado junto con ustedes * Todo el que mire con malos deseos a una mujer, ya cometió adulterio en su corazón

1. La luz y el barro

1.1 Dos realidades en cierto modo opuestas le sirven hoy a san Pablo para describir nuestra condición cristiana: la luz y el barro.

1.2 La luz es imagen de la gloria, es decir, el resplandor que podemos percibir de la grandeza, la bondad, el poder y la hermosura de Dios y de sus obras.

1.3 El barro es imagen de la tierra, es decir, de aquello que nos hace próximos a las necesidades y solicitaciones que se imponen a nuestra voluntad racional y a nuestra misma inteligencia.

1.4 Porque somos barro nos cansamos; porque tenemos luz seguimos buscando. Porque somos barro nos envuelve la seducción del placer; porque tenemos luz nos enamora el esplendor de la virtud probada. Porque somos barro estamos sujetos al miedo; porque tenemos luz nos sobreponemos a los temores y vencemos a los prejuicios. Porque somos barro amamos la comodidad de una mentira a tiempo; porque tenemos luz somos capaces de arriesgar prebendas y beneficios en el altar de la verdad. Porque somos barro nos acobarda la muerte; porque tenemos luz avanzamos con firmeza hacia el umbral del más allá, y despedimos con garbo esto que se llama "prólogo" para saludar lo que en verdad se llama "vida".

2. Santidad y seriedad

2.1 Alguna vez aprendí una frase que hoy todavía tengo por cierta: "dos cosas son serias por encima de las demás: el amor y la muerte".

2.2 Y creo que es así porque nada bueno que se construya en el amor se construye sin ese ingrediente de admiración y compromiso que significa la "seriedad". Y nada consecuente ni oportuno puede decirse sobre la muerte sin asumir primero, quizá por mano del dolor, la seriedad de su paso y su veredicto.

2.3 Esto es para referirnos al evangelio de hoy. Jesús nos muestra hoy que toma "en serio" al corazón humano; toma "en serio" al amor. Lo que implicamos cuando decimos "te amo" es de alguna manera sacro, y de esa sacralidad quiere ser garante Dios, porque sabe mejor que todos cuánto se devasta en el alma herida cada vez que es traicionada, pospuesta o engañada.

2.4 Por eso la "sacralidad" de la unión entre el hombre y la mujer. Jesús es misericordioso, ciertamente, pero esa misericordia no se opone a la aparente dureza que contienen las palabras de hoy: "quien mira con malos deseos a una mujer, ya ha cometido adulterio con ella en su corazón". Este veredicto que puede parecernos drástico no es sino la firmeza, la seriedad con que todos hemos de defender el amor