San Mateo 12,38-42:
Sabrán que yo soy el Señor, cuando me haya cubierto de gloria a costa del Faraón * Cuando juzguen a esta generación, la reina del Sur se levantará

Autor: Fr. Nelson Medina F., O.P
Sitio Web:
fraynelson.com  

 

Lecturas de la S. Biblia

Temas de las lecturas: Sabrán que yo soy el Señor, cuando me haya cubierto de gloria a costa del Faraón * Cuando juzguen a esta generación, la reina del Sur se levantará

Textos para este día:

Éxodo 14,5-18:

En aquellos días, cuando comunicaron al rey de Egipto que el pueblo había escapado, el Faraón y su corte cambiaron de parecer sobre el pueblo, y se dijeron: "¿Qué hemos hecho? Hemos dejado marchar a nuestros esclavos israelitas." Hizo preparar un carro y tomó consigo sus tropas: tomó seiscientos carros escogidos y los demás carros de Egipto con sus correspondientes oficiales. El Señor hizo que el Faraón se empeñase en perseguir a los israelitas, mientras éstos salían triunfantes. Los egipcios los persiguieron con caballos, carros y jinetes, y les dieron alcance mientras acampaban en Fehirot, frente a Baal Safón.

Se acercaba el Faraón, los israelitas alzaron la vista y vieron a los egipcios que avanzaban detrás de ellos y, muertos de miedo, gritaron al Señor. Y dijeron a Moisés: "¿No había sepulcros en Egipto?, nos has traído a morir en el desierto; ¿qué es lo que nos has hecho sacándonos de Egipto? ¿No te lo decíamos en Egipto: "Déjanos en paz, y serviremos a los egipcios; más nos vale servir a los egipcios que morir en el desierto"?" Moisés respondió al pueblo: "No tengáis miedo; estad firmes, y veréis la victoria que el Señor os va a conceder hoy: esos egipcios que estáis viendo hoy, no los volveréis a ver jamás. El Señor peleará por vosotros; vosotros esperad en silencio."

El Señor dijo a Moisés: "¿Por qué sigues clamando a mí? Di a los israelitas que se pongan en marcha. Y tú, alza tu cayado, extiende tu mano sobre el mar y divídelo, para que los israelitas entren en medio del mar a pie enjuto. Que yo voy a endurecer el corazón de los egipcios para que los persigan, y me cubriré de gloria a costa del Faraón y de todo su ejército, de sus carros y de los guerreros. Sabrán los egipcios que yo soy el Señor, cuando me haya cubierto de gloria a costa del Faraón, de sus carros y de sus guerreros."

San Mateo 12,38-42:

En aquel tiempo, algunos de los escribas y fariseos dijeron a Jesús: "Maestro, queremos ver un signo tuyo." Él les contestó: "Esta generación perversa y adúltera exige un signo; pero no se le dará más signo que el del profeta Jonás. Tres días y tres noches estuvo Jonás en el vientre del cetáceo; pues tres días y tres noches estará el Hijo del hombre en el seno de la tierra. Cuando juzguen a esta generación, los hombres de Nínive se alzarán y harán que la condenen, porque ellos se convirtieron con la predicación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás. Cuando juzguen a esta generación, la reina del Sur se levantará y hará que la condenen, porque ella vino desde los confines de la tierra, para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón."

Homilía

Temas de las lecturas:
Sabrán que yo soy el Señor, cuando me haya cubierto de gloria a costa del Faraón * Cuando juzguen a esta generación, la reina del Sur se levantará

1. Inestabilidad del corazón humano

1.1 Nos impacta en la primera lectura la impresionante inestabilidad del corazón humano. Ya habían decidido los egipcios que era mejor dejar ir a los hebreos, pero ahora cambian y se resuelven a una persecución furiosa. Ya habían festejado los hebreos su liberación, pero ahora cambian al sentirse perseguidos y piensan que hubiera sido mejor quedarse en Egipto.

1.2 Así es el corazón humano: poco disfruta el bien que posee y mucho añora el bien que no le ha llegado o el que se ha ido de su mano. Valoramos poco y agradecemos poco el presente, mientras la nostalgia se adueña de nuestros recuerdos y una esperanza ingenua nos hace aguardar casi culaquier cosa del futuro.

2. YHWH y Faraón

2.1 Para Faraón el duelo de su hijo primogénito fallecido ha durado poco. Es un hombre muy capataz y poco papá, en realidad. Pronto hace sus cuentas y comprende lo sucedido: ¡ha perdido una fuerza de trabajo! ¡No ha cuidado sus recursos de producción! Y a eso es a lo que sale, brioso como su propios corceles: a recuperar las fuentes de su riqueza y a demostrar a todos quién es el dueño de Egipto.

2.2 Dios, por su parte, revela a Moisés el sentido de la maravillosa intervención que hará junto al mar: de lo que se trata es de demostrar si esos israelitas son una fuerza de trabajo para la gloria de un hombre, o si son unos elegidos y bendecidos para manifestación de la gloria de Dios.

3. Grandeza y misterio de Jesús

3.1 Los israelitas se veían tan pequeños a ojos de Faraón que sólo encontraba en ellos una fuerza de de trabajo, un recurso para la producción. De modo análogo, Jesús se ve pequeño, porque es humilde; y débil, porque no es agresivo; y pobre, porque no es ostentoso. Pero Jesús es grande, en realidad, y más grande que los grandes del Antiguo Testamento. Así lo testifica él mismo, para nuestro bien, en el evangelio de hoy.

3.2 De esta escena opaca podemos aprender cosas luminosas, sin embargo. Ante todo, que el misterio de Cristo y la grandeza de su mensaje no son "obvios". Uno puede estar cerca del Redenotr sin descubrirlo, y en un caso extremo, uno puede desfallecer sin darse cuenta del brazo fuerte del Salvador, que está ahí junto a nosotros.

3.3 También aprendemos de aquí a no ser excesivamente duros con los demás, especialmente si no comparten nuestra fe o nuestro fervor o nuestro apostolado. Da gracias por la fe que tienes, que no será mayor porque critiques a quien no la tiene. Da gracias por el amor o el entusiasmo o la alegría que te mueven, que no van a ser mayores ni mejores porque los eches de menos en los que no los tienen.