Domingo de Pascua: La Resurreccion del Señor

Jn, 20, 1-9

Autor:  Padre Oscar Balcázar Balcázar  

 

 

El primer día de la semana va María Magdalena de madrugada al sepulcro cuando todavía estaba oscuro, y ve la piedra quitada del sepulcro. Echa a correr y llega donde Simón Pedro y donde el otro discípulo a quien Jesús quería y les dice: "Se han llevado del sepulcro al Señor, y no sabemos dónde le han puesto. Salieron Pedro y el otro discípulo, y se encaminaron al sepulcro. Corrían los dos juntos, pero el otro discípulo corrió por delante más rápido que Pedro, y llegó primero al sepulcro. Se inclinó y vio las vendas en el suelo; pero no entró. Llega también Simón Pedro siguiéndole, entra en el sepulcro y ve las vendas en el suelo, y el sudario que cubrió su cabeza, no junto a las vendas, sino plegado en un lugar aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado el primero al sepulcro; vio y creyó, pues hasta entonces no habían comprendido que según la Escritura Jesús debía resucitar de entre los muertos. 

 En este domingo la Iglesia canta el Himno de acción de gracias al Padre, porque en Cristo, que es nuestra Pascua, la humanidad entera ha sido recreada, ha sido liberada y rescatada del poder de la muerte. Es importante para enriquecernos en el contenido de la celebración saber lo que significa Pascua, en el lenguaje del Antiguo Testamento significaba paso-salto. En los pueblos nómadas se llamaba pascua al paso del invierno a la primavera, pues la primavera es la estación del tiempo que anuncia que los campos que han sido sembrados llegan al tiempo de la cosecha. Otro sentido de la palabra pascua, lo encontramos en el libro del Éxodo, pues el paso del pueblo de Israel de Egipto hacia la tierra prometida es llamado pascua; entonces el significado cambia de contenido y se enriquece, ya no es el significado de la fiesta de los nómadas y agricultores, la pascua en el Antiguo Testamento y en el sentido bíblico significa la salida del pueblo de Israel de la esclavitud de Egipto hacia la tierra prometida. Cristo como un buen judío, tal como narran los evangelios, celebra la pascua, por eso los mismos evangelistas ponen en boca de Jesús que dice: «... con ansia he deseado celebrar esta pascua...»; y esto quiere decir que Cristo en ese momento, que celebra pascua con los discípulos, cambia el significado de la fiesta pascual, pues ya no será la pascua que celebraba el pueblo de Israel al salir de la esclavitud de Egipto hacia la tierra prometida, sino que significará el paso de la muerte, que significa ser liberados del mal, y ser revestidos de una naturaleza nueva que es la que nos hace partícipes del cielo. Por eso la liturgia en este día nos invita, a todos, a celebrar la Pascua con Cristo, pero no una pascua del recuerdo sino que la pascua significa celebrar nuestra participación a la asamblea del cielo, pues hoy se cumple lo que Cristo en el evangelio de San Juan nos dice: «...están en este mundo pero no son de este mundo...».

En muchos pasajes de la escritura encontramos expresiones que ponen de manifiesto que el hombre por el pecado de rebeldía se halla extraviado.  Cristo, en la cruz, se presenta como el buen pastor que, saliendo a buscar a la oveja perdida, la toma en sus brazos para hacerla retornar al redil de donde había salido. La celebración de este día de la Resurrección del Señor – Nuestra Pascua, nos anuncia la gran noticia de que Cristo ha vencido a la muerte y ha cancelado todas nuestras deudas y nuestros pecados. Por eso, el cristianismo es el anuncio de la gran noticia, el gran acontecimiento en el cual el hombre de cualquier cultura, raza o condición es recreado.

Hoy es el día de la fe porque a todas las promesas anunciadas en los profetas, Cristo con su Pascua les ha dado cumplimiento, y por lo tanto el creyente está llamado a vivir de las promesas cumplidas en Jesucristo Nuestro Señor. Por eso cada domingo en la liturgia de la Santa Misa recitamos el Credo, porque la vida del creyente es vivir de la fe en el Dios que se ha revelado.

El Concilio Vaticano II, dice en la Constitución dogmática Lumen gentium: «… la Iglesia nace de la Pascua y se orienta, se encamina hacia la Pascua…». San Pablo tiene una afirmación contundente al respecto: «... Si Cristo no ha resucitado vana es nuestra fe...»; pero él mismo se responde diciendo: «... Cristo ha resucitado y por lo tanto la muerte ha sido vencida...». Así como hemos vivido cuarenta días preparándonos a celebrar este gran acontecimiento, que ha significado la cuaresma, a partir de este día hasta Pentecostés, la Iglesia abre el tesoro de sus dones pues estamos llamados a vivir según el espíritu del Resucitado.

Que esta celebración signifique renovarnos profundamente en el don del bautismo que hemos recibido: ¡Buen tiempo Pascual!, ¡Oremos unos por los otros!

Pbro. Oscar Balcázar Balcázar
Vicario General de la Diócesis del Callao
Perú