XXVI Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo B

Autor:  Padre Oscar Balcázar Balcázar

 

 

Nm 11, 25-29; Sal 18; St 5, 1-6; Mc 9, 38-43.45.47-48


Juan le dijo: "Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu Nombre, y tratamos de impedírselo porque no es de los nuestros". Pero Jesús les dijo: "No se lo impidan, porque nadie puede hacer un milagro en mi Nombre y luego hablar mal de mí. Y el que no está contra nosotros, está con nosotros. Les aseguro que no quedará sin recompensa el que les dé de beber un vaso de agua por el hecho de que ustedes pertenecen a Cristo.
Si alguien llegara a escandalizar a uno de estos pequeños que creen en mí, sería preferible para él que le ataran al cuello una piedra de moler y lo arrojaran al mar. Si tu mano es para ti ocasión de pecado, córtala, porque más te vale entrar en la Vida manco, que ir con tus dos manos a la Gehena, al fuego inextinguible. Y si tu pie es para ti ocasión de pecado, córtalo, porque más te vale entrar lisiado en la Vida, que ser arrojado con tus dos pies a la Gehena.

Y si tu ojo es para ti ocasión de pecado, arráncalo, porque más te vale entrar con un solo ojo en el Reino de Dios, que ser arrojado con tus dos ojos a la Gehena, donde el gusano no muere y el fuego no se apaga.


Mc 9, 38-43.45.47-48


En el pasaje del evangelio en el que Pedro confiesa a Jesús que es el Hijo de Dios y en que Jesús le dice a Pedro que esto no se lo ha revelado ni la carne ni la sangre, a continuación Jesús le dice al mismo Pedro “…sobre esta fe edificaré mi Iglesia…”, esto nos da a comprender, según el texto revelado, que no sólo los sucesores de Pedro nos confirman en la fe del único Dios revelado, sino que también a través de ellos se nos llama a una obediencia; porque el sentido de la autoridad en la Iglesia está marcado por el servicio, y por lo tanto los creyentes ante la autoridad están llamados a obedecer a esta autoridad. En nuestra sociedad moderna el sentido de autoridad tantas veces se ve cuestionado, por la conducta de las personas, o condicionado por el voto de la mayoría; pero no es así el sentido de vivir la autoridad en la Iglesia, porque en el creer en el Dios que se nos ha revelado, en esta experiencia de amor y como fruto de esta misma experiencia, el creyente se somete obedientemente a la autoridad que le hace presente al mismo Dios.
Del evangelio de la presente semana podemos entresacar dos grandes temas que se nos presentan y que están muy relacionados entre sí. El primero está en torno a aquellos que predican en nombre de Jesús y no son del grupo de los doce, y, el segundo en relación a aquellos que escandalizan a los pequeños. Con respecto a aquellos que predican en nombre de Jesús y no pertenecen al grupo de los doce discípulos, tenemos también paralelamente en la primera lectura, que Josué hace presente a Moisés que dos, que no han estado con ellos, están predicando en el campamento. La respuesta de Moisés es elocuente pues dice: “…ya quisiera yo que todo el pueblo de Israel profetizara…”.

El profetismo en la Iglesia es un carisma con el cual Dios enriquece a algunos de los miembros de su pueblo, o sea que lo que Moisés le responde a Josué, se cumple en el actual pueblo de Dios, y aún más, pues por medio del Bautismo todo aquel que lo recibe participa de la triple función de Cristo, esto es de la función sacerdotal, profética y real (sacerdote-profeta-rey). De esta manera cuando Jesús responde a Juan: “…quien está con nosotros no está contra nosotros…”, se está haciendo referencia al texto bíblico que dice: “…nadie puede decir Jesús es el Hijo de Dios si el espíritu de Dios no habita en él…”. Pero también tenemos que añadir como nos hace presente el mismo libro de los Números en el capítulo 18, que todo verdadero profeta que viene de Dios, verificará su autenticidad en que su mensaje no es un mensaje suyo, sino que habla en nombre de otro y aquello que anuncia se realiza o se cumple; en cambio los que no son profetas auténticos o enviados de Dios se caracterizan porque se contemporanizan su mensaje con sus oyentes, hoy por ejemplo se habla de una moral laica o del diálogo, que no está fundada en la doctrina auténtica de la Iglesia y que lamentablemente se difunde y lleva a confusión a tantos creyentes.

Por ello, en la segunda parte del evangelio, implícitamente se nos dice como se puede escandalizar a un pequeño. No por casualidad en el evangelio el autor sagrado menciona la mano, el pie y el ojo, porque Cristo dice, de sí mismo, que Él es “…el camino, la verdad y la vida…”; en un pasaje del evangelio de Mateo que pertenece al discurso de la montaña Cristo dice: “…si tu ojo está sano todo tu cuerpo estará sano…”, de esta manera se está haciendo presente que los ojos, de los cuales habla el evangelista en el evangelio de este domingo, nos están haciendo alusión a la visión que se tiene de la vida, o a como el hombre ve la vida, la vida en la cual se encuentra y le rodea; por eso el evangelista dice: “…si tu ojo te es ocasión de pecado arráncatelo…”, porque no podemos entrar al Reino de los Cielos con una visión de la vida diferente a como Dios la ha diseñado. Por eso estos verbos, arrancar y cortar, que usa el evangelista en el evangelio son una llamada a la radicalidad y a la ruptura con la vida del hombre que vive negando y rechazando a Dios.

Por eso escandalizar a los pequeños como el texto del evangelio hoy nos dice lo podemos relacionar con un texto de la carta de San Pablo cuando nos dice: “…los fuertes están llamados a llevar la carga de los débiles…”. En este sentido podemos decir que esta parte del evangelio está referida a aquellos que tienen alguna responsabilidad y autoridad en la Iglesia; que por esta misma autoridad están llamados a ser modelos de aquellos a quienes se les ha encomendado, por eso San Agustín, en su Sermón a los pastores, dice: “…cristiano con ustedes y un pastor para ustedes…”; más adelante el mismo San Agustín dice: “…ustedes como creyentes su carga es más liviana porque tienen que preocuparse de su propia santidad; en cambio un ministro tiene que preocuparse de su propia santidad y de la de aquellos que se le encomienda, e incluso de la misma carga que estos tienen que llevar…”. Si el pastor de la grey no vive según estas palabras de San Agustín es casi un riesgo que esté escandalizando a los más pequeños, pues sólo por esta vía se vive como Cristo nos ha revelado, con su persona, el camino, la verdad y la vida que lleva al Padre.

 

Pbro. Oscar Balcazar Balcazar
Rector Seminario Diocesano "Corazon de Cristo"
Diócesis del Callao - Perú