Juan 3, 22-30

Autor: Pablo Cardona

Fuente: almudi.org (con permiso)  suscribirse

 

«Después de esto fue Jesús con sus discípulos a la región de Judea, y allí convivía con ellos y bautizaba. También Juan estaba bautizando en Anión junto a Salín, porque había allí mucha agua, y acudían a ser bautizados, pues aún no había sido encarcelado Juan.

Se originó una discusión entre los discípulos de Juan y un judío acerca de la purificación. Y fueron a Juan y le dijeron: Rabbí el que estaba contigo al otro lado del Jordán, de quien tú diste testimonio, está bautizando y todos van a él. Respondió Juan: No puede el hombre apropiarse nada si no le es dado del cielo. Vosotros mismos me sois testigos de que dije: Yo no soy el Cristo, sino que he sido enviado delante de él. Esposo es el que tiene la esposa; el amigo del esposo, el que está presente y le oye, se alegra mucho con la voz del esposo. Por eso mi gozo se ha colmado. Es necesario que él crezca y que yo disminuya». (Juan 3, 22-30) 

1º. Jesús, poco a poco los discípulos de Juan le van dejando para seguirte a Ti.

Otro se hubiera enfadado de que Tú te llevaras los frutos de su trabajo.

Pero Juan «se alegra mucho» con este transvase: ésta era justamente su misión, y la cumple con la humildad del que se sabe un simple instrumento.

Por eso dice: «No puede el hombre apropiarse nada si no le es dado del cielo.»

Jesús, yo también he de ser instrumento tuyo para acercarte almas.

Un instrumento humano, un instrumento libre; pero instrumento, que significa que tengo una misión que hacer.

Para cumplir esta misión -misión de todo cristiano- tengo unos medios sobrenaturales -la gracia de Dios- y unos talentos humanos: inteligencia, formación, trabajo profesional, simpatía humana.

Tampoco puedo yo apropiarme de esos dones como si fueran míos   -para mí-, como si no me hubieran sido dados del cielo.

«Por eso mi gozo se ha colmado.»

Jesús, cuando gracias a mi ejemplo, a mi palabra y a mi oración, alguien se acerca más a Ti, ¡qué alegría!

El apostolado es una de las mayores fuentes de alegría que hay en la tierra.

Pero, Jesús, que no me confunda queriendo que me sigan a mí, que me hagan caso a mí.

Lo que debo buscar es que te sigan a Ti, que busquen hacer tu voluntad. 

2º. «Desde nuestra primera decisión consciente de vivir con integridad la doctrina de Cristo, es seguro que hemos avanzado mucho por el camino de la fidelidad a su Palabra. Sin embargo, ¿no es verdad que queda, sobre todo, tanta soberbia? Hace falta, sin duda, una nueva mudanza, una lealtad más plena, una humildad más profunda, de modo que, disminuyendo nuestro egoísmo, crezca Cristo en nosotros, ya que «illum oportet crescere, me autem minui», hace falta que El crezca y que yo disminuya.

No es posible quedarse inmóviles. Es necesario ir adelante hacia la meta que San Pablo señalaba: «no soy yo el que vivo, sino que Cristo vive en mí» (Gálatas 2,20). La ambición es alta y nobilísima: la identificación con Cristo, la santidad. Pero no hay otro camino, si se desea ser coherente con la vida divina que, por el Bautismo, Dios ha hecho nacer en nuestras almas. El avance es progreso en santidad; el retroceso es negarse al desarrollo normal de la vida cristiana. Porque el fuego del amor de Dios necesita ser alimentado, crecer cada día, arraigándose en el alma; y el fuego se mantiene vivo quemando cosas nuevas. Por eso, si no se hace más grande, va camino de extinguirse.

Recordad las palabras de San Agustín: «Si dijeses basta estás perdido. Ve siempre a más; camina siempre, progreso siempre» (San Agustín).

¿Avanzo en mi fidelidad a Cristo?, ¿en deseos de santidad?, ¿en generosidad apostólica en mi vida diaria, en mi trabajo ordinario entre mis compañeros de profesión?

Jesús, avanzaré en santidad si te dejo que crezcas en mi alma, si no pongo obstáculos a la gracia, si soy humilde, como Juan.

Dame deseos de santidad y generosidad apostólica, para que también mi gozo se colme, para que no sea yo el que vive, sino Tú el que vives en mí.

Esta meditación está tomada de: “Una cita con Dios” de Pablo Cardona. Ediciones Universidad de Navarra. S. A. Pamplona.