Solemnidad Cristo Rey del Universo, Ciclo C.
“Cristo reina desde la cruz”.
Autor: Padre Pedro Crespo
Celebramos en este domingo la fiesta de Cristo Rey del Universo. Con esta fiesta concluimos el año litúrgico. Celebramos en esta fiesta que Cristo es el centro y el sentido de la historia. Él es Rey y su reino son los corazones de los hombres, las personas en su totalidad. Es Rey, pero su reino no es de este mundo. Es rey desde la cruz, como vemos en el evangelio: “Este es el rey de los judíos”; es desde la cruz desde donde promete el paraíso al ladrón que le pide que se acuerde de él cuando llegue a su reino.
Dice el prefacio propio de
“Para
que ofreciéndose a sí mismo como víctima perfecta y pacificadora en el
altar de la cruz, consumara el misterio de la redención humana”.
En la cruz Jesucristo nos redime, nos salva, paga por nosotros a Dios
Padre la deuda que la humanidad entera había contraído por el pecado. A
este propósito dice la segunda
lectura: “Dios nos ha sacado
del dominio de las tinieblas y nos ha trasladado al reino de su Hijo
querido, por cuya sangre hemos recibido la redención, el perdón de los
pecados”.
Jesucristo nos redime en la cruz, nos salva, y consigue para nosotros la
reconciliación con Dios: “Y por
él – sigue diciendo la segunda lectura –
quiso reconciliar consigo todos
los seres: los del cielo y los de la tierra, haciendo la paz por la
sangre de su cruz”.
Continúa diciendo el prefacio:
“Para
que entregara a su majestad infinita un reino eterno y universal; el
reino de la verdad y de la vida, el reino de la santidad y de la gracia,
el reino de la justicia, del amor y de la paz”.
El reino de Cristo es los corazones de los hombres y él reina no porque
entronicemos al sagrado corazón de Jesús, sino porque vivamos los
valores del evangelio, los valores del reino: la justicia, la paz, la
vida y el amor.
El Reino de Dios es la utopía de
la justicia. Es una utopía porque es algo difícil de conseguir, pero
es posible. La justicia no se entiende en
El Reino de Dios es la utopía de la paz.
Las espadas se convertirán en rejas para el arado y del hierro de las
lanzas se harán hoces y podaderas. Es un modo poético de anunciar la
gran reconciliación que
pretende hacer Dios: entre él y
los hombres, y entre unos hombres y otros.
El Reino de Dios es la utopía de la vida.
Ningún mal aflige tanto al hombre como la vejez, la enfermedad y la
muerte. Cuando los profetas divisan los tiempos mesiánicos, ve en ellos
la desaparición de las lágrimas, la prolongación de la vida, la
aniquilación de la muerte. Se refiere principalmente a
la vida eterna, pero
incluyen también la vida temporal. Jesús quiere para todos la
vida plena.
El Reino de Dios es la utopía del amor.
El proyecto de una humanidad ideal sólo es posible si los hombres
abandonan sus tendencias egoístas y se deciden a vivir amándose unos a
otros. El amor al prójimo debe ser
universal y abarcar a todos,
sin discriminar a nadie; ha de ser
desinteresado, sin buscar la
recompensa, y tan generoso
que no tenga más límites que las necesidades ajenas y las posibilidades
propias.
En este día se celebra el día de
los Sin Techo. Es un modo muy concreto de preocuparse por el
crecimiento del reino, de la justicia, del amor. Aquí en Daimiel tenemos
la suerte de contar con
El Reino de Dios, desde el que Cristo reina, está creciendo entre
nosotros, por todos aquellos que viven los valores del evangelio. Que
nuestra vida sea una ayuda valiosa en la construcción del reino de Dios.
Que Dios reine en nuestra vida.