XVI Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo B
San Marcos 6,30-34: “Andaban como ovejas sin pastor”.

Autor: Padre Pedro Crespo  

 

Vemos en el texto del evangelio como los discípulos vuelven de realizar su misión (como veíamos en el domingo anterior) y son invitados por Jesús a descansar. Es un tema interesante en el tiempo en el que estamos, en el mes de Julio, en el que mucha gente toma unos días de descanso. Pero hay otro tema muy interesante en el texto del evangelio.

 

Cuando estaban descansando, se acercó una multitud de gente y a Jesús le dio lastima, porque andaban como ovejas sin pastor, y se puso a enseñarles con calma. El tema del pastor y las ovejas es muy común en la mentalidad bíblica para expresar al pueblo y su guía. En la primera lectura vemos una denuncia de los malos pastores y una promesa de nuevos pastores que cuiden del pueblo de Dios, entre los que destaca un vástago de David: Jesucristo.

 

Me quiero centrar en esta idea del pastor y de las ovejas, sobre todo en la idea que dice el evangelista: “andaban como ovejas sin pastor”; expresión que quiere indicar que las ovejas están perdidas, desorientadas, incapacitadas..., lo que les lleva a estar dispersas. ¡Cuánta gente hoy en día anda como ovejas sin pastor: desorientadas y separadas de las demás! No sé si es una impresión falsa o demasiado negativa, pero yo veo mucha gente como oveja sin pastor. Gente herida por innumerables sufrimientos: enfermedades, muertes, incomprensiones, insatisfacciones, frustraciones... Gente sin futuro, sin esperanza, sin horizonte. No hay cosa peor en la vida que estar desorientado, sin rumbo, sin un sitio al que ir, sin un horizonte en la vida, sin un por qué para seguir viviendo.

 

En este prototipo de gente que andan como ovejas sin pastor, yo pondría tres tipos generales: los desesperados, los instalados en el presente y los anclados en el pasado.

 

Hoy hay mucha gente desesperada; es decir, que ha perdido la esperanza en un futuro mejor, aquí en la tierra y en el cielo. Gente que sufre por innumerables motivos, la vida los ha desengañado, los ha desencantado: una muerte, un accidente, una incomprensión, un amor perdido, una frustración, la traición de un amigo... circunstancias que le han cerrado el horizonte de la vida. No ven otra cosa que no sea su situación. En estas circunstancias, tú puedes ser el pastor que le lleve el mensaje de la fe: es posible un futuro mejor aquí en la tierra y después en el cielo; vuelve a vivir, a confiar, a amar, a perdonar... vuelve a tomar las riendas de tu vida.

 

Hay otra mucha gente que, ante la falta de perspectiva de futuro, se han instalado en el presente. No sabemos como será el mañana, pero no nos preocupa. Lo único que nos ocupa es el presente: vivamos lo mejor posible, “comamos y bebamos que mañana moriremos”. Creo que la mayoría de la gente adolece de esta desorientación: la vida ha perdido el horizonte de la otra vida y reducida a ésta, sólo le queda satisfacer las necesidades corporales. En estas circunstancias, tú puedes ser el pastor que les lleve el mensaje de la fe: hay otra vida sin la que esta vida no tiene sentido. Un presente sin futuro, sin esperanza, no puede ser vivido con dignidad. Nos cansaríamos de vivirlo. La fe nos dice que después de esta vida hay otra y esta verdad se convierte para los creyentes en el porqué principal de su vida, en su faro, en su horizonte, en la razón de su vida.

 

Hay también mucha gente que se ha quedado anclada en el pasado, lo que les impide vivir el presente y esperar un futuro mejor. Quizá la conciencia de su propio pecado les ha hecho concebirse para siempre como malas personas y son incapaces de descubrir en ellos mismo lo que hay de positivo; quizá la muerte de un ser querido, les ha hecho quedarse fijos en su recuerdo y no se han permitido a ellos mismos seguir viviendo, seguir creciendo; quizá el desengaño y la traición de una amistad, les ha hecho no volver a confiar en nadie. El pasado se ha convertido en una losa pesada. Están enterrados en vida. En estas circunstancias tú les puedes llevar el mensaje de la fe: Dios te quiere tal y como eres, con tu pasado y con tu pecado; Dios te quiere con misericordia, te perdona, comprende tu dolor, confía en ti y en tus posibilidades; Dios te dice quita esa losa de tu vida y sal fuera, mira el futuro que hay por delante: vive.

 

Estamos en un tiempo de vacaciones, más relajado que en lo habitual. Esto no nos debe impedir compadecernos de la gente, el ver su necesidad y ayudarles. Mira cuanta gente anda como oveja sin pastor. Ve a su encuentro.