Solemnidad. Santiago, Apóstol, Patrón de España
San Mateo 20, 20- 28: SantiagoAutor: Padre Pedrojosé Ynaraja
Parece que el origen de los patrocinios, o las protecciones, está en la antigua Babilonia. A la entrada de las ciudades, unas figuras fantásticas y colosales representaban a los seres que apadrinarían a sus habitantes. En el seno del cristianismo tal vez se encuentre el inicio, en las primitivas celebraciones eucarísticas. No hay que olvidar que los primeros seguidores del Camino del Señor, no disponían de lugares reservados a sus cultos. Lo hacían donde podían, donde un discípulo ofrecía su mansión con cabida para ello. Mas tarde, en lo que podríamos definir como época de las catacumbas, los cristianos se reunían alrededor del sepulcro de un mártir, de alguna manera, además de tributarle admiración, se le solicitaba ayuda, era, pues, un signo de humildad y primeras manifestaciones de la devoción a los santos.
El caso de Santiago, Jaime o Jacobo, nace alrededor de antiguas tradiciones y
leyendas. Una situada en una eras de Clavijo, población de La Rioja. La otra
centrada en el que se creía era su sepulcro. Añádase lo que se cuenta en
Zaragoza. Todo unido, dio como resultado un lugar de veneración de uno de los
Apóstoles destacados de Jesús.
Tuvo tal atractivo, que grandes multitudes se desplazaron para visitar el
sepulcro del amigo del Señor. La cultura europea no se entiende sin tener
noticia de los monasterios, de las catedrales y del Camino de Santiago.
Os confieso, mis queridos jóvenes lectores, que yo que he estado muchas veces en
Jerusalén y bastantes en Roma, cuando llego a Compostela me pongo enfermo de
emoción. Aquellas gentes caminaban para sentirse unidas al Señor y a su Amigo.
Hijo de Dios y la amistad humana, eran dos grandes valores, que me conmueven. Os
invito a un primer examen. ¿qué os mueve a vosotros cuando viajáis? No quiero
hacer un estudio detallado de al ruta jacobea, simplemente acudir a recuerdos
personales. Los que se desplazaban buscaban el perdón, la devoción, la Gracia.
Algunos se sintieron tan agradecidos por estos favores que habían recibido, que
dedicaron el resto de su vida a ayudar a los que tenían idénticas iniciativas.
Santo Domingo de la Calzada, con preciosas tradiciones recogidas por el Rey
Sabio. San Juan de Ortega, Patrón de los empleados de Obras Públicas, pues, su
labor fue facilitar la marcha del peregrino haciendo puentes. San Amaro,
atendiendo al caminante dolorido…
El turismo, además de un placer, es un intercambio. Cuando proyectáis vuestras
vacaciones ¿tenéis en cuenta este valor? El turismo, sin dejar de serlo, puede
también convertirse en peregrinación, es decir, búsqueda de valores
trascendentes. Muchos, visitando sitios cargados de recuerdos, experiencias y
“talleres de santidad”, encontraron orientación a su vida. ¿qué os mueve al
escoger un lugar o un itinerario?. Podemos plantear el proyecto de otra manera:
dentro de quince años ¿de qué habrá servido el haber estado en el lugar que
ahora escojo?. Algunos dicen: quiero ir a tal sitio porque me interesa y,
además, porque me servirá para practicar el idioma que este curso me ha tocado
estudiar. Acertado criterio. ¿no lo es mucho más planteárselo pensando: en aquel
monasterio me uniré a la celebración de vísperas con los que allí residen, en
aquella población visitaré el santuario de la Virgen y le pediré su favor,
aprovecharé que paso cerca de aquella institución que acoge a impedidos,
marginados y gente pobre, para interesarme y aprender.
El agua de mar siempre es la misma, las arenas de sus playas semejantes, para
conocer la gastronomía propia, hoy en día no es preciso desplazarse, sus caldos
y sus refrescos están nuestro alcance en cualquier sitio. El testimonio de un
Cottolengo, la belleza de la celebración, ya entrada la noche, del oficio de
Completas, con una comunidad orante y la convivencia en un refugio de montaña
dirigido por un clérigo a ella dedicado, son vivencias inigualables y que
enriquecen a todo aquel que tiene los ojos del alma bien abiertos.
Hasta aquí, mis queridos jóvenes lectores, riquezas espirituales y humanas, que
la fiesta de Santiago Apóstol nos sugiere. Os diré cuatro cosas del contenido de
los textos litúrgicos de la misa de hoy.
Lo que nos cuenta el fragmento de los Hechos de los Apóstoles, es un adelanto de
situaciones actuales muy semejantes. La autoridad civil y sus leyes, con
frecuencia, no están en conformidad con los preceptos divinos ¿a quien hay que
obedecer?. Los poderosos muchas veces pretenden mantenerse en el poder sea como
sea, su situación les permite amedrentar al indefenso ciudadano pobre y ya que
gozan de una situación privilegiada, la aprovechan para enriquecerse
personalmente. Denunciar estas injusticias aun sabiendo que uno lleva las de
perder es un deber profético. Santiago fue la primera victima después de la
muerte del heroico Esteban. La espada partió el cuerpo del discípulo, pero su
santa personalidad triunfó. De Herodes ¿alguno de vosotros sabe algo? ¿Quién
creéis que es en este momento más feliz?.
No os creáis que esta buena gente que acompañó al Maestro eran superhombres. Se
trataba de vulgares ciudadanos que aprendieron un poco a vivir de acuerdo con lo
que les enseñó Jesús. Marcharon ilusionados, pero sin dejar de ser lo que hasta
entonces habían sido, ahora bien la Gracia les impregnó y fueron capaces de
realizar grandes cosas. Precisamente, porque no eran ni lumbreras merecedoras de
premios nobel, ni campeones de las olimpiadas de aquellos tiempos, ni literatos
compositores de los textos que se recitaban en los anfiteatros, pudo el Espíritu
realizar grandes prodigios, sin que el orgullo pudiera poner impedimentos.
Ya lo veis, como os decía más arriba, la madre de estos hijos del trueno era
ambiciosa, ellos y sus compañeros rivalizaban, lo mismito que nosotros. Pero
Jesús sabe otear el futuro y no se desanima cuando les oye. ¡Que todo el mundo
se anime, que en el festival del final de los tiempos, todos, pese a nuestra
mediocridad, si conservamos la ilusión y nos dejamos poseer por la Esperanza,
podemos conseguir triunfar y, ya desde ahora, gozamos de la rica beca que se nos
concede: la amistad del Señor que nos permite mientras tanto gozar en plenitud
de la vida!