Fiesta. Sagrada Familia de Jesús, María y José

San Lucas 2, 22-40: Presentación de Jesús en el Templo

Autor: Monseñor Rubén Oscar Frassia 

 

 

Evangelio según San Lucas 2, 22-40 (Ciclo B)

Evangelio: Presentación de Jesús en el Templo


Se está hablando de la Sagrada Familia y de la presencia de Jesucristo, de lo que es este Niño: Santo, Mesías, Ungido, Hijo de Dios y de María Virgen. La llegada de Dios a la tierra, a la historia de los pueblos, viene a traernos su definición. Una definición que nos obliga a nosotros, sin quitarnos libertad, a tomar decisiones.

Por eso su presencia que define, y definidora, también nos puede hacer caer en una contradicción. Es decir en lo contrario que uno dice, una incoherencia, una cosa equivocada, ambigua, errónea. La llegada y la presencia de Cristo nos obliga a definirnos, a tomar posición: el cristianismo es esencial a nuestra vida; es algo muy serio.

Nos dice el Señor “yo te he amado en serio, no te amo en broma, yo no juego contigo, te amo en serio”. De allí que es tan seria la vida del cristiano, tan seria la relación con Dios y con los demás, que uno no tiene derecho a tirarla por encima, a pisotearla, a ensuciarla, a bastardearla, a esclavizarla, ¡es una vida muy importante la que Dios nos ha regalado!

Esto viene a cuento de lo que significan nuestras familias. La mayoría de nuestras familias, también católicas, están rotas, están quebradas, están desgastadas. Y es cierto que estamos ante un cambio de época, estamos en una crisis generalizada. Pero ¿saben?, habrá más crisis porque faltan valores porque hay poca convicción y porque tampoco hay formación. ¡Y tenemos que vivir con formación y con convicción!

Decía un autor griego, en épocas antes de Cristo, “eduquen a los niños así no tendrán que castigarlos cuando sean hombres”. Educar a los niños en los valores, en la familia, en el sacrificio, en la disciplina, en el respeto, en la verdad, en el amor, en la honestidad, en la transparencia ¡depende de nosotros! ¡No se cansen! Hay padres que son transgresores, que no definen las cosas, y así nos va porque falta definición.

Pedimos hoy a la Sagrada Familia que también nosotros definamos. ¿Qué me quieren contar?, ¿me quieren equiparar a la familia entre un hombre y una mujer, a dos hombres y dos mujeres como si eso fuera familia? ¡No lo es! ¡No lo es, porque no respetan el orden natural!

Conozco muy bien el significado y la incidencia de esta afirmación. Si quieren, que vivan pero no me los pongan a la par. Que no los pongan igual porque no es igual. El derecho positivo está fundado en el derecho natural. Y el derecho natural es el que marca el derecho positivo. Por lo tanto la familia es un hombre y una mujer.

Pidamos a la Sagrada Familia que nos ayude en serio a respetar nuestra familia y saber que ella es la célula primera de la sociedad y de la Iglesia ; que el Estado no puede intervenir sino subsidiariamente siendo custodio de la familia y no artífice de ella.

Que el Señor nos bendiga y la Sagrada Familia nos ilumine en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.