Solemnidad de la Natividad de San Juan Bautista, Ciclo C
La Voz Católica
Arquidiócesis de Miami
Ministerio de formación cristiana 

Lectura del Evangelio según san Lucas 1:57-66,80

Cuando a Isabel le llegó el día, dio a luz un hijo. Sus vecinos y parientes supieron que el Señor había manifestado su compasión por ella y la felicitaban. Y al octavo día vinieron para cumplir con el niño el rito de la circuncisión. Querían ponerle por nombre Zacarías, por llamarse así su padre, pero la madre dijo: “No, se llamará Juan”. Los otros dijeron: “Pero si no hay nadie en tu familia que se llame así”. Preguntaron por señas al padre cómo quería que le pusieran. Zacarías entonces pidió una tabla y escribió: “Su nombre es Juan”, por lo que todos quedaron extrañados. En ese mismo instante se le soltó la lengua y sus primeras palabras fueron para alabar a Dios. Lo que dejó impresionado a todo el vecindario, y en toda la región montañosa de Judea se comentaban los acontecimientos. Y al oírlo la gente se ponía a pensar y decía: “¿Qué llegará a ser este niño? ¿No se ve la mano del Señor en él?” Y el niño crecía y su espíritu se fortalecía. Permaneció en el desierto hasta el día en que se presentó a los israelitas.

Comentario breve:

Zacarías pertenecía al grupo de los sacerdotes. El y su esposa Isabel eran siervos devotos de Yahvé y ya en su vejez no habían tenido hijos. Un día cuando el anciano oraba en el templo, el ángel del Señor le anunció que tendrían un hijo y que su misión sería preparar el camino para el Salvador. El texto de hoy nos relata el nacimiento y la circuncisión (signo de la relación con Dios que exigía la Alianza) de Juan. Con esta historia Lucas nos prepara para la circuncisión de Jesús que encontramos en Lucas 2:21. Al comienzo de su Evangelio, el evangelista resalta que todos los que jugaron un papel importante en el comienzo del cristianismo fueron parte del pueblo de Israel. Al final de su segunda obra: los Hechos de los Apóstoles, Lucas sostiene que el cristianismo es descendiente directo del judaísmo fariseo. El versículo 80 del texto de hoy declara que el poder del Espíritu Santo creció en Juan mientras vivía una vida aparte. El Bautista no aparece de nuevo hasta 30 años después (Lucas 3:1-3).

Tres ideas importantes: de la lectura:

  • Nuestro bautismo nos llama a ser signos proféticos del amor de Dios en el “desierto” de la sociedad moderna.

  • Al igual que él confió en San Juan Bautista, Dios confía en nosotros hoy para que seamos testigos de su amor.Isabel

  • Isabel valientemente nombra a su hijo a pesar de la oposición de los parientes.

Para la reflexión:

  1. ¿Cuál es mi reacción ante los problemas de hoy: confianza o miedo paralizante?

  2. ¿Cómo puedo vivir mejor el llamado profético que recibí en mi bautismo? Da ejemplos.