XII Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo B
La Voz Católica
Arquidiócesis de Miami
Ministerio de formación cristiana
Lectura del Evangelio según san Marcos 4:35-41
Al atardecer de aquel día, Jesús dijo a sus discípulos:
“Pasemos a la otra orilla del lago”. Ellos despidieron a la gente y lo llevaron en la barca tal como estaba. También lo acompañaban otras barcas. Entonces se levantó un gran temporal y las olas se lanzaban contra la barca que se iba llenando de agua. Mientras tanto, Jesús dormía en la popa sobre un cojín. Lo despertaron diciéndole: “Maestro, ¿es así como dejas que nos ahoguemos?” El despertó, se encaró con el viento y dijo al mar: “Cálmate, cálmate”. El viento se calmó y vino una gran bonanza. Después les dijo: “¿Por qué son ustedes tan miedosos? ¿Todavía no tienen fe?” Pero ellos estaban asustados por lo ocurrido y se preguntaban unos a otros: “¿Quién es éste, que hasta el viento y el mar le obedecen?”Comentario breve:
El relato de la tormenta es típico de Marcos que a través de todo su Evangelio destaca lo difícil que era para los discípulos entender a Jesús. Según Marcos, los discípulos habían escuchado a Jesús predicar, lo habían visto sanar enfermos y expulsar demonios. El Maestro había compartido con ellos los secretos del Reino. Sin embargo, en el momento de peligro dudan y se enojan porque Jesús no les presta atención. Después de calmar la tempestad, Jesús les pregunta: “¿Por qué son tan miedosos? ¿Todavía no tienen fe?” Estas preguntas llegan hasta nosotros hoy.
Tres ideas importantes de la lectura:
Hay un gran contraste entre el miedo de los discípulos y la tranquilidad del Señor.
La fe tiene que ser alimentada y crecer durante toda la vida.
Marcos le asegura a su comunidad que la presencia salvadora de Jesús está siempre con ellos en medio de las persecuciones que sufrían.
Para la reflexión:
En el mundo de hoy tan lleno de violencia e incertidumbre, ¿cuál es mi actitud: una de fe que sostiene o una de miedo que paraliza?
¿Me he visto alguna vez en medio de una “tormenta” en la que Jesús parecía ausente y el miedo me dominó? ¿Qué pasó?